Siempre que te miro, como la primera vez, me enamoro una y otra y otra vez.
Mi amor por ti esta intacto, aunque han pasado los años y
miles de cosas en el camino, sigo enamorado.
Y no paro de mirarte, te desplazas como un ángel que alegra
mis mañanas, mis tardes y mis noches.
Te amo y en la mirada se nota, te amo y no se puede ocultar.
También sé que vos me amás, que me ves como siempre y no lo
podés disimular.
Los besos son tan tiernos y tan suaves como los primeros,
aunque ya tienen la experiencia que les dio el tiempo. Saben las mañas de uno y
los caprichos del otro.
Los abrazos son delicados, con la pasión de siempre y la
calidez de toda una vida.
No me imagino el mundo sin vos, te admiro tanto, sos mi
razón de seguir vivo; sos el motor de mi corazón.
¡Te amo! Y no me da vergüenza decirlo.
¡Te amo! Y puedo seguir gritando, para que todos sepan.
¡Te amo! Y los años me han enseñado, que sos invaluable.
En la luz de tus ojos se hace mi día, en la melodía de tus
palabras el aliento de vida, en la calidez de tus manos mi cuerpo vibra. Sos
realmente mi otra mitad.
Compartimos tanto que sin vos me sentiría a medias,
incompleto. Después de todo, es inevitable decir que somos uno.
¡Te amo! ¿Acaso no lo sabías?
¡Te amo! Como ves, el tiempo y la distancia jamás lograron
desvanecer lo que por vos sentía, siento y sentiré.
Despertarme a tu lado, abrazados, de verdad, es un regalo. Y así quiero vivir
por siempre, con vos eternamente.
¡Te amo! Como la primera vez.
¡Te amo! Como siempre, te amo.
¡Te amo!