domingo, 7 de octubre de 2012

Cada vez que llueve


Cada vez que llueve me es imposible no pensar en vos. ¿Será porque nuestros encuentros siempre eran en días de lluvia? La verdad, no sé qué es, pero me acuerdo.
Recuerdo tu rostro, tus labios de niña inocente, tus suaves manos y el calor de tu cuerpo que se fundía con el mío, entre mis brazos.
Las horas se nos hacían cortas. Recorríamos la ciudad tranquilamente, y vos, insistías en tomar mi mano, yo a regañadientes accedía al pedido.
Esquivando charquitos en la vereda, me hacías jugar como un niño, me hacías feliz. Y lo mejor era el premio por ser un buen chico: un cálido y tierno beso que derretía mi gélido interior.
Esas tarde de lluvia, en que tu pelo se humedecía y empezabas a temblar del frío, y tus ojos que miraban los míos pidiendo abrigo.
Todavía recuerdo cuando decías que te encantaba dormir en mi pecho. Mientras, la lluvia caía sobre la ventana y mostraba un día gris.
Llueve y te recuerdo. Las charlas para convencerte de leer, las discusiones sobre arte y ciencia, los sueños de cada uno; las caricias y los besos, tus caricias y tus besos.
A confesión, no sólo extraño, sino que también deseo volver ese tiempo, volver a verte y sentirte.
A conciencia, sé que no va a volver, pero evoco con detalles ese tiempo, te recuerdo.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Lunes,otra vez


¡¡Uy!! Otra vez lunes, y la modorra de principio de semana. Contamos las horas en minutos interminables antes de levantarnos y más de uno/a  puso el reloj despertador media hora antes de lo previsto para dar vueltas entre las sábanas con sueños cortos, es mejor si se tiene compañía.
¡Valientes los que se levantaron a correr! Aunque sea las cortinas para que no entre el sol y pegue directamente a la cara interrumpiendo el plácido descanso (aunque ahora, acá, está gris y lloviznando).
Personalmente, compadezco a los oficinistas…empezar un lunes a ver caras de gente que te caen mal y encima tener que bancarlos toda la semana. A quienes admiro es a esos/esas que se levantan 5 de la mañana para ir a trabajar masomenos casi doce horas para ganar de sueldo lo que más de un político gana en dos horas sentado en un despacho jugando sudoku y probablemente el que trabaja no llegue ni a la mitad.
Lunes otra vez sobre la ciudad, el pueblo, el mundo; menos la parte del mundo en que ya es martes, aunque ya tuvieron su lunes y estoy seguro que les pasó lo mismo.
He tratado de experimentar con levantarme los lunes y escuchar música mientras preparo el desayuno. ¿Lo han intentado? Deberían, si no se ponen a escuchar canciones depresivas de esas que dan ganas de quedarse en la cama todo el día, resulta energizante. Conozco gente que este como este siempre escucha lo mismo, entre tantos un disco de blues al que ya me referí anteriormente.
¡Lunes! ¡Bendito lunes! Estás acá, no queda de otra que bancarte esperando el viernes. ¡Carajo, falta mucho para el viernes! La agenda semanal esta cargada, lista para disparar con un sinfín de actividades.
Arrancó la semana, con el lunes. A esperar pacientemente el vienes.


jueves, 13 de septiembre de 2012

Déjalos que hablen, Hugh Laurie.


Nadie pero nadie se hubiese imaginado que un actor secundario, con el papel de malo, como en el caso de Hugh Laurie, tratando de robarse los 101 dálmatas fuese a tener tanta fama años después.
Sin embargo, la vida le dio un giro y no sólo es el alter ego del médico más famoso y sarcástico de la tv sino que, además está de gira por el mundo promocionando su álbum debut Let them talk, pura música blues.
Darle cuerpo al doctor Gregory House durante ocho años le abrió camino a la fama en Estados Unidos y en el mundo; y también al mundo de la música y la industria discográfica.
Si uno es fan del actor, al escucharlo ejecutar de manera impecable el piano, se hace fan del músico (mientras las mujeres alrededor del mundo suspiran por él). Además, también le destaco que es un buen escritor y director... un tipo talentosamente multifacético (como para que no tenga fanáticas en cada rincón del planeta).
Volviendo al disco, Let them talk es blues de Nueva Orleans hecho magníficamente por un inglés. Personalmente creo que en momentos va un poquito más allá del blues y le agrega un estilo latino con las trompetas, quien haya escuchado Tipitina y también haya escuchado a Buena Vista Social Club sabe de lo que hablo.
Es un hecho, el tipo hace buena música –la que quiere- y le sale bien. Sino, que hablen quienes aman el tango y lo escucharon cantar El Choclo cuando estuvo en Argentina (hizo 3 funciones, una amiga fue a todas, en primera fila; yo…lo vi por YouTube) fue una interpretación exquisita.
Con una voz casi nasal y una banda de músicos que lo respaldan muy bien, Hugh Laurie, colgó la bata de House, se afeitó y se largó a recorrer el mundo, dejando que hablen y lo critiquen. Mientras, él se deleita haciendo blues de Nueva Orleans y nosotros escuchándolo, como yo mientras escribo esto. 


Nota al pie: Esta nota, es mi práctico N°4 de Redacción Periodística II. Dedicado para la amiga que fue a todas las funciones, Silvia.

martes, 24 de julio de 2012

La culpa es de uno -Mario Benedetti


Quiza fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algun modo previsto
ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido
todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir
y por cierto me vieron
hasta aqui habia hecho y rehecho
    mis trayectos contigo
hasta aqui habia apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la manera
    una manera tierna
    y a la vez implacable
    de desahuciar mi amor
con un solo pronostico lo quitaste
    de los suburbios de tu vida posible
lo envolviste en nostalgias
lo cargaste por cuadras y cuadras
y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera
ahi nomas lo dejaste
a solas con su suerte
    que no es mucha
creo que tenes razon
la culpa es de uno cuando no enamora
    y no de los pretextos
    ni del tiempo
hace mucho muchisimo
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
    mas no fue tierno
ahora estoy solo
francamente
    solo
siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado
antes de regresar
a mis lobregos cuarteles de invierno
con los ojos bien secos
por si acaso
miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.



domingo, 22 de julio de 2012

7


Por las noches imagino tu cuerpo
dando vueltas sobre el mío.
Recorro el cielo,
me vuelvo fuego,
obtengo la vida
en cada caricia
que tus manos me brindan.
Beso tu boca,
me pierdo en tu aroma.
Se quema mi cuerpo
al sentir tu deseo.
Invado tus piernas
sigo adelante,
me deleito en tu vientre,
me aferro a tus manos,
por favor no me sueltes.
Tu ser perfecto,
mujer, yo idolatro.
Te siento tan mía,
no puedo negarlo.
Me vuelvo ira
si alguien más te mira,
eres mi tesoro más preciado
y te quiero aquí,
a mi lado.
Tus ojos,
que me miran
son un éxtasis divino.
Te imagino,
te siento,
te vuelves real
en mis sueños.
Te exploro,
te poseo,
me fundo en tu cuerpo.

sábado, 14 de julio de 2012

El Suspiro del Moro




EL SUSPIRO DEL MORO. Se dice que cuando en 1492 el rey BOABDIL se vio obligado a abandonar Granada, lo hizo en el más absoluto de los silencios, dando la espalda durante toda esa larga marcha hacia el exilio, a su querida Alhambra. En un momento dado, al alcanzar un viso en la zona de Al Badul (hoy conocido como El Padul) se detuvo y, volviendo la mirada hacia su añorado palacio, exclamó con un profundo suspiro de resignación: ¡Alá Akbar! (Dios es grande). Fue entonces cuando su madre, la sultana Aixa Al-Horrá, increpó su vano lamento con las siguientes palabras:
Bien haces, hijo, en llorar como mujer lo que no fuiste para defender como hombre.


Dado que en aquellos tiempos, la historia se transmitía por vía oral de generación en generación, existen otras variantes sobre tan lacerante sentencia:
Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre.

(Fuente: http://kbulla.blogspot.com.ar/2006/08/el-suspiro-del-moro.html

Esta leyenda la leí hace mucho tiempo, unos 12 ó 13 años quizás, y puedo decir que se me quedó muy grabada "llora como mujer lo que no supiste defender como hombre." realmente es para pensar, cuando nos sentimos mal por todo aquello que perdemos sin siquiera haber luchado.

domingo, 29 de abril de 2012

Te amo


Siempre que te miro, como la primera vez, me enamoro  una y otra y otra vez.
Mi amor por ti esta intacto, aunque han pasado los años y miles de cosas en el camino, sigo enamorado.
Y no paro de mirarte, te desplazas como un ángel que alegra mis mañanas, mis tardes y mis noches.
Te amo y en la mirada se nota, te amo y no se puede ocultar.
También sé que vos me amás, que me ves como siempre y no lo podés disimular.
Los besos son tan tiernos y tan suaves como los primeros, aunque ya tienen la experiencia que les dio el tiempo. Saben las mañas de uno y los caprichos del otro.
Los abrazos son delicados, con la pasión de siempre y la calidez de toda una vida.
No me imagino el mundo sin vos, te admiro tanto, sos mi razón de seguir vivo; sos el motor de mi corazón.
¡Te amo! Y no me da vergüenza decirlo.
¡Te amo! Y puedo seguir gritando, para que todos sepan.
¡Te amo! Y los años me han enseñado, que sos invaluable.
En la luz de tus ojos se hace mi día, en la melodía de tus palabras el aliento de vida, en la calidez de tus manos mi cuerpo vibra. Sos realmente mi otra mitad.
Compartimos tanto que sin vos me sentiría a medias, incompleto. Después de todo, es inevitable decir que somos uno.
¡Te amo! ¿Acaso no lo sabías?
¡Te amo! Como ves, el tiempo y la distancia jamás lograron desvanecer lo que por vos sentía, siento y sentiré.
Despertarme a tu lado, abrazados,  de verdad, es un regalo. Y así quiero vivir por siempre, con vos eternamente.
¡Te amo! Como la primera vez.
¡Te amo! Como siempre, te amo.
¡Te amo!


El amor es amor


En el amor no hay reglas,
no hay edades,
no hay clases sociales,
sólo hay amor.
El amor no conoce de distancias,
no conoce de kilómetros,
no conoce el tiempo,
sólo conoce la cercanía de un corazón con otro.
El amor no conoce prejuicios,
no conoce de géneros,
no conoce de sexo,
sólo conoce de amor.
En el amor no hay religiones,
no hay ideologías,
no hay leyes,
Solo hay amor.
El amor es amor, nada más que eso.
Es suficiente, con amar y ser amado basta.
Es ese sentimiento infinito y poderoso.
El amor es amor, tan simple como eso.

La Música


Cuando estoy solo, escucho música. Las melodías y las letras me transportan a otra vida, a otro espacio. Vuelo.
La intensidad de las notas se siente en la piel, vibra el cuerpo al compás de cada una. Se siente en el corazón, cada latido va a la par del ritmo.
La mente vuela hacia otro universo, la libertad se hace tangible y el alma resplandece gracias a los suaves sonidos que otra mente maestra creó.
Para disfrutar de la música no es necesario saber leerla o tocarla, sólo se disfruta. Solo o en compañía no importa, la música es hermosa de cualquier forma.
Cada sentimiento humano puede ser expresado a través de la música; amor, odio, tristeza, alegría, enojo, dolor y tantos otros que se manifiestan en letras y melodías.
La cadencia de un estilo, el ritmo de otro, la intensidad de otro más; conforman un enorme abanico de posibilidades para escuchar, para disfrutar.
El compositor de esas melodías es un gran ingeniero, tan inteligente, capaz de interpretar las palabras de los poetas que componen las letras de las canciones, y su ejecutor, el cantante le pone voz y sentimiento a esas palabras y notas. Y así, finalmente, todo en perfecta armonía, queda hecho para que los oídos se deleiten.
Mientras todo cambia la música música es, pasa el tiempo, las sociedades cambian, la vida misma cambia; pero la música, sigue siendo música.
La música es vida, es arte, es sentimiento. Es un lenguaje universal y eterno. 

domingo, 22 de abril de 2012

SUEÑO SIN FUTURO

Soledad en un espacio frio y oscuro, tu habitación sin ella y ninguna otra. Tu casa refugio del mundo al cual no quieres pertenecer y del que deseas escapar, por no tener la habilidad de relacionarte, de amar o simplemente de ser sociable; ni que hablar de los libros y saberes que te escudan de aquellos que quieren acercarse, conocerte.
Todo esto forma tu mundo: libros, frialdad, conocimiento, razón, trabajo y obligaciones, todo calculado para que no quede tiempo ni espacio para sentir, para amar. Excepto por algo que atormenta tu mente, debilita tu razón e invade tu corazón: el amor por ella. Ese amor que ocultas y callas, aunque de a poco mate tu alma, aunque de a poco te vaya consumiendo.
Toda tu sabiduría e ingenio desaparecen en cuanto la ves, tu corazón te grita que la ames, pero tu conciencia te aleja de ella. Pones una barrera infranqueable no dejas que se acerque y te conozca, que te ame y que despierte lo que hace tiempo intentas matar: el amor, la locura, la pasión.
Actuar de manera que no sientes nada te escuda para pasar desapercibido. Pero, en tu mirada esta el reflejo del sentimiento que deseas que te una a ella. Estar a su lado un momento, besarla, sentir el perfume de su piel y perderte en ese instante de locura… 
Pero todo es un bonito sueño, el cual no podrás cumplir jamás, por tu cobardía tu temor, el deseo de dominar todo y que nada se salga de control incluso, tu propio ser,  alejándolo del sentir huyendo en el saber.
Con todo esto haces que el amor que sientes por ella, el deseo de amarla y de tenerla se convierta en sólo un sueño sin futuro. 

lunes, 20 de febrero de 2012

Salida

Estoy esperando el colectivo. No llega aún, está algo retrasado. Me fumo un cigarrillo para hacer más corta la espera. El colectivo llega, subo a él, saludo al chofer y le pago el boleto. Me siento en el primer asiento, detrás del conductor. Va a una velocidad excesiva, más que lo usual. Sábado a la noche, las rutas están vacías y poca gente viaja por lo que tampoco se detiene mucho. En treinta y cinco minutos llegó a destino.
 Recibo un llamado; me están esperando en el lugar acordado. Bajo rápido del colectivo, salgo de la terminal y busco un taxi. Subo, le doy la dirección al chofer y arranca. En 10 minutos llego. Bajo del taxi. Camino unos metros, mientras enciendo otro cigarrillo. Cruzo la calle. Están esperándome. Los saludo con un beso a cada uno. Hablamos un momento y buscamos otro taxi. Tenemos que ir al departamento de otra chica. Para el taxi, subimos. Recorre una parte de la ciudad, hasta llegar a destino. Bajamos. Ella está linda, desde que la vi cuando me esperaban a mí. Tocamos timbre. Se abre el portón e ingresamos. Subimos por las escaleras hasta el segundo piso. Nos abren la puerta y entramos. Saludamos. Yo me presento, al igual que las chicas. El otro no, es amigo de la gente de la casa. Preparan ron con jugo para tomar. El trago se acaba rápido. También vodka con jugo, vuelve a terminarse rápido. La botella de ron se vacía y le rellenan con vodka, la vamos a llevar al boliche, la cartera de las chicas es perfecta. Salimos callados.
Caminamos tres cuadras y llegamos al boliche. Hay que hacer fila para entrar. Mientras hablamos un poco de todo. Yo estoy convencido de querer besarla, me parece linda. No tiene cuerpo de modelo pero su personalidad tiene un algo, no voy a casarme con ella, sólo quiero un affaire. Por fin abren, y entramos de a uno. El guardia nos revisa el documento. Otra nos pide el nombre, entramos por lista. Adentro las paredes están pintadas de negro, sólo dos tienen color blanco. El color de las paredes y las luces ambientan el lugar. La música suena fuerte. Es música techno, tranquila, para la más dinámica falta. Juntamos plata entre todos y una de las chicas va a comprar. De a poco empezamos a movernos en algo parecido a un baile. Pasaron cinco minutos y traen el vaso. Vodka y energizante. Pasa por el círculo que hemos formado de mano en mano. Nos movemos al ritmo de la música. Otros a nuestro alrededor hacen lo mismo. Me pierdo en el tiempo, cuando miro el reloj ya ha pasado una hora desde que llegamos. La bebida en el vaso ya se ha acabado. Nos ponemos de acuerdo cómo hacer para rellenar el vaso con nuestra propia provisión. Estratégicamente lo logramos, en realidad es mérito de las chicas. Seguimos tomando y moviéndonos un poco más, el ritmo de la música se hace más rápido. Ella se mueve. Lo hace interesantemente, despreocupada, liberada de tensiones, lo cual la hace deseable. Miro el techo una y otra vez, y los pensamientos se vuelven cada vez más dinámicos. Imagino lo que le haría si me diese oportunidad. Pierdo el sentido del tiempo, otra vez. Reviso el reloj en mi puño, ha pasado otra hora. La música cada vez más fuerte, más gente, más alcohol, más la miro, más pienso. Nos movemos a otra parte del lugar. Seguimos tomando. Estamos en círculo, bailando, como si fuese un ritual. Los deseos se notan en el aire, una pareja de chicas, otra de chicos y otras tantas parejas más. Mi deseo por ella aumenta, pero asumo que ya es más efecto del alcohol que de mi propia conciencia. Miro a otras. Siento exactamente el mismo deseo, sólo que las otras no son colegas, no arruinaría nada con ellas. Volvemos a movernos. Aparece otro vaso, seguimos tomando. Miro las piernas de otra de las chicas, o sin querer agarro de la cintura a otra. Han pasado dos horas y media. El calor allí dentro es insoportable. Cuerpos en roce, en movimiento y la temperatura que tampoco ayuda hace que más calor se sienta. Vamos a sentarnos un momento. Me tiro rendido en un sillón, ella de un lado, la otra del otro; los demás parados frente al sillón. Mucha gente alrededor. Mi camisa esta un poco abierta, ella la acomoda y se ríe. No pienso más de lo que es. Nos levantamos y volvemos a la pista a bailar. Otro vaso. Nos movemos a un ritmo casi demencial. Los oídos le transmiten al cerebro la música y este a su vez devuelve la señal en múltiples movimientos del resto del cuerpo. Nos volvemos a ir a otra pista. Nos quedamos cerca del dj y del sistema de audio. La música se hace más intensa y para apenas balbucear unas palabras tenemos que gritarnos al oído y aun así no nos escuchamos demasiado claro. Sigo mirando a mi alrededor, miro mujeres. También la miro a ella y mis pensamientos se hacen aun más libidinosos. Se mueve al ritmo de la música, grita, canta, salta. El alcohol desinhibe nuestras acciones y nos librera para movernos. Otra vez miro el reloj, llevamos tres horas ahí. Bebiendo, cantando, saltando, gritando, bailando. Nos divertimos. Otra movida, como hay mucha gente, para no separarnos nos agarramos de las manos. Tomo su mano, siento como suda. Volvemos a bailar. Estamos cada vez más descontrolados. Otro vaso aparece nuevamente. Yo dejo de tomar. Finjo que tomo. Ella y los demás siguen tomando. Más música, más baile. Más calor. Mucha gente. Otra vez nos sentamos. Me quedo parado yo y es el otro quien se sienta con ella y la otra. Nos reímos, hablamos, nos divertimos. Intentamos salir afuera para tomar aire, pero llueve así que volvemos adentro. Otro vaso. Entre todos vamos de acá para allá. La noche es fenomenal. Y miro el techo y me hablo para no hacer ninguna estupidez. La deseo. La respeto. Gana lo segundo. Miro el reloj, ya casi va a ser hora de irnos. Nos sentamos unos minutos. Otros empiezan a irse. Seguimos ahí, van quedando menos en esa parte. La pista principal sigue llena.
Finalmente salimos. Afuera apenas caen unas gotas. Esperamos a dos chicas más. No me quedan cigarrillos. Nos reímos. Hacemos bromas. Ella esta algo mareada. Salen las otras y nos vamos. Caminamos. Hay algo de agua en el pavimento y juegan unos otros no. Mareada, a veces, tambalea. La tomo de la cintura. Lo máximo que haré. Esta empezando a llover apenas. En las cuadras siguientes seguimos bromeando, hablando, riendo. Ha sido una noche fantástica. La lluvia nos moja un poco. No demasiado. Cada uno va llegando al lugar que le toca esperar el colectivo. Nos despedimos con uno. Luego con ellas y finalmente los que quedamos. Corro un poco para no perder mi colectivo. Estoy a cinco cuadras y debo apurarme.
Llueve un poco más. Empiezo a mojarme más. Llego. Miro buscando el transporte que me corresponde. Subo. Pago el boleto y nuevamente me siento en el primer asiento. Tengo la ropa húmeda. Pronto llegaré a casa para cambiarme. La lluvia se hace más intensa en el camino. Esta amaneciendo. El día aclara pero esta nublado. Es domingo. Gris. Llueve más. Finalmente llego. Bajo del colectivo y camino a casa. Llueve torrencialmente. Me mojo. Se moja lo que hay en mis bolsillos: documentación, dinero y el teléfono celular.
He llegado a casa. Me saco la ropa mojada. Me pongo otra camiseta y me meto a la cama. Ahora dormiré unas horas.


jueves, 16 de febrero de 2012

Siempre hay más

Esto, eso, aquello
siempre hay más.
Esto otro, ese y aquél
siempre hay más...
y parecen como obstáculos
que poco dejan avanzar.
Si no es lo social
es lo político.
Si no es lo político
es la historia o es el azar,
siempre hay más
mucho más...
Esto, eso, aquello,
esto otro, ese, aquél;
siempre hay más...
mucho más.

Un cigarrillo y te vas

Después de tanto tiempo sin verse, por casualidad –o cruel juego del destino - se volvieron a encontrar. Él miraba unas camisas en la vidriera de un local de ropa, decidió  entrar a comprar una, al ir ingresando por accidente tropezó con una mujer y a esta se le cayeron las bolsas. Como buen caballero, le ayudó a recoger; al azar la vista la reconoció al instante…
-Tú…¿cómo estas? Ha pasado tiempo desde la última vez que te vi-
-Dan, ¿cómo estás?...¿qué haces por aquí? Digo, no es raro que estés en una tienda de ropa, solo que aquí- Le dijo mirándolo fijamente a los ojos.
-Sólo estoy por un viaje de negocios. Necesitaba una camisa y encontré este lugar- Mientras señalaba el interior del local.
-No compres aquí, la calidad no es la que tú prefieres-
-Todavía recuerdas mis gustos. Creo que yo recuerdo alguno de los tuyos- Se acerco a ella y agarró una de las bolsas, -Dame, te ayudo con eso. ¿Dónde esta tu auto?-
-Por allá. Gracias por ayudarme, aunque no te hubieses molestado. Sam no pudo venir a retirar sus trajes nuevos porque esta fuera de la ciudad, así que vine yo-
Mientras metían las bolsas en el asiento trasero del auto, un sedan de color gris plata, Él le hizo una invitación, -Dije que todavía recuerdo algunos de tus gustos-
-Dan, mejor no- Respondió y sin querer puso su mano en el pecho de él.
-Hay un bar, a unos metros de aquí…podemos tomar un café y fumar un cigarrillo, si aún conservas el hábito-
Ella sonrió levente –Estas loco? A ti te molestaba que fumara. Decías que era para cuidar mi salud, aunque tú lo hacías; y aún lo haces-
-¿Cómo, cómo lo sabes? Nunca fumé frente a ti, ni a nadie, lo hago sólo en la tranquilidad de mi escritorio-
-Una mujer siempre conoce el olor característico de su hombre, quiero decir de un hombre. Y el olor a tabaco no desaparece con un buen perfume; incluso lo resalta y lo hace atractivo; en algunos no en todos- Se notaba nerviosa por haber dicho “su” hombre, en el fondo aún se sentía atraída por él. Y cómo no estarlo, él había sido el hombre más maduro en su vida, le había ayudado a enfrentar y superar algunos fantasmas de su pasado. Era un buen hombre, de nobles sentimientos, pero no demostrativo. Su mente dominaba su corazón y eso había acabo con su corta relación.
-¿Vamos?- Sus palabras la sacaron del ensueño en que se había quedado
-No sé, Dan, no creo que sea bueno-
-Un café, un cigarrillo y te vas; sólo eso, nada más-
-Esta bien, vamos- Se dirigieron al bar y se sentaron en las mesas de afuera. Charlaron durante una hora, una larga hora. Para ella era una de las horas más cálidas en mucho tiempo y para él una hora interminable, donde volvía a ser vulnerable, blando, sentimental.
-¿Cómo va lo tuyo con Sam?-
-Bien, estamos bien. A veces tenemos alguna discusión pero sólo cosas pasajeras. Es un buen hombre. ¿Tú, alguna mujer en tu vida?-
-No siempre duermo solo, si es lo que preguntas-
-No pregunté eso. Me refiero a si hay alguna relación genuina-
Puso el gesto serio y secamente respondió –No. Y no la necesito-
-Todos necesitamos algo de amor. Al menos una vez-
-Esa vez ya pasó, fue bueno, no lo niego, pero ya es parte del pasado. Suficiente con lo que hay ahora-
-No deberías estar solo-
-Estuve contigo, fui feliz en ese tiempo, pero supongo que fue mi culpa que todo se arruinara. Mi mente fue más poderosa, me enfoqué en mi trabajo y me olvidé de ti. No soy bueno para las relaciones y tú eres experiencia viva de eso-
-Intenta al menos. Estas a tiempo- Ella miró el reloj en la mano de él y tomó conciencia de la hora, había pasado mucho tiempo y se le hacía tarde. –Me gustó verte y hablar contigo, pero debo irme. Se me ha hecho muy tarde, el tiempo se pasó rápido. Realmente lo disfruté-
-Siempre nos pasaba lo mismo, ¿recuerdas? Supongo que deber ir a casa antes de que regrese Sam- Sacó dinero de la billetera y lo dejó sobre la mesa; la acompañó hasta el auto para despedirse.
-Un cigarrillo y te vas. Te lo dije-
-Adiós, Dan, cuídate mucho. Te quiero- Se acercó a él y lo besó apenas en los labios.

miércoles, 25 de enero de 2012

Palabras que ella no leerá jamás

Alguien frio, estaba tan enamorado y a la vez tan desolado por la partida y pérdida de su amor que escribía palabras que ella no leería:
Aunque el tiempo pase no creo poder olvidarte; aunque el tiempo ha pasado aun no te olvido. Paso las horas revisando tus pasos, observando tus movimientos, mirando tus fotos y sé que no dejo de quererte. A veces no te quiero pero son tan pocas que ni las cuento. En mis sueños te hacés presente, te traigo a mi presencia, constantemente; incluso en puertas de la muerte te llamé.
Pasarán años, muchos años y seguirás dando vueltas entre la mente y el corazón. Pasarán las horas y los minutos, y en cada segundo voy a estar pensando en vos. No sé cuándo terminará esto, si es que alguna vez termina.
Cada vez que estoy fuera, al aire libre y el día está gris sé que me hacés falta pero,  no lo vas a saber jamás; prefiero quedarme con el dulce recuerdo de tu fugaz presencia en mi vida, de esa pequeña revolución que armaste cuando te cruzaste en mi camino.
Y te seguiré viendo, te seguiré tratando, pero lo nuestro sólo será recuerdo y hasta quizás un cruel producto de mi imaginación. Y nunca te diré estas cosas, jamás sabrás sobre ellas, haré de cuenta que no me importás que sólo sos una más.
Cuando te vea  -que prefiero no hacerlo- no vas a saber que todavía te quiero; salvo que mirés debajo de la mirada fría, como lo hiciste aquella vez que entraste en mi mundo, aquella vez que le diste un sentido cálido al invierno gélido de mi alma.
Y no sé para qué escribo, si nunca llegarán estas palabras a tus manos, ni tus ojos ni tus oídos sabrán de ellas. Sólo serán un papel más en mi escritorio.
Nota: Esto también esta en mi otro blog, así que si lo ven por allí ya saben, no es plagio. Este tiene algunas correcciones.